Reportajes acerca de Pátzcuaro
Folklore

Pátzcuaro Pueblo Mágico

Por: Travel by México

Pátzcuaro Pueblo Mágico, Pátzcuaro
Folklore

Pátzcuaro Pueblo Mágico

Por: Travel by México

Sin duda, uno de los rincones favoritos de muchos se encuentra en el centro de Michoacán. Es inolvidable por sus anchas calles empedradas, sus edificios color vino y blanco, sus tejados, sus trojes y sus grandiosas plazas. Sí, ¡hablamos de Pátzcuaro!

A la palabra Pátzcuaro se le atribuyen distintos significados, siendo los más conocidos "lugar donde tiñen de negro" y "lugar de piedras".
A sólo 53 kilómetros de la capital del estado, Morelia, Pátzcuaro se sitúa en un lugar privilegiado, rodeado de colinas, bosques y extensiones de agua.

El centro de la ciudad combina perfectamente con la naturaleza que lo enmarca; campanas de iglesias resonando, familias paseando por las plazas, turistas comiendo nieves, lugareños vendiendo sus artesanías en mercados bien establecidos y mercados sobre ruedas.

En Pátzcuaro se conjunta la vida moderna con las tradiciones de los pueblos… Sí, tal vez las calles conservan ese aire de antaño, los comercios y bancos siguen esa unidad arquitectónica que la caracteriza, pero que no se deje engañar, ya que cuenta con servicios de primera calidad, hoteles de todos los presupuestos y restaurantes que satisfacen hasta el paladar más exigente.

El clima fresco y soleado del que goza, hace que la estancia sea todavía más agradable.

En este Pueblo Mágico, hay mucho que hacer. Uno de los encantos de Pátzcuaro es que nos acerca a un México pintoresco y provinciano, en donde uno se aleja de las prisas citadinas y de los altos edificios. El viaje le llevará varias horas y hasta se puede permitir pasar momentos sentado en la plaza, tomando un café, unas empanadas o una nieve.

Pátzcuaro satisfará sus cinco sentidos: oler, tocar, escuchar, saborear y mirar la vida mexicana; más allá del "Cielito lindo" y la clásica imagen desértica que se tiene de nuestro país.

Para oler: en el mercado de antojitos los olores se mezclan; desde el típico taco de tripa, hasta el café de Uruapan, pasando por los puestos de frutas frescas y los panes recién horneados.

Para tocar: los telares artesanales típicos de Pátzcuaro son inigualables. Los colores nos invitan a pasar la mano sobre las texturas que los hilos forman en poemas artesanales. Con las figuritas de madera no podemos resistirnos a "apretar" el botón o a jugar con ellos, y con las lacas a pasar los dedos y sentir las hendiduras por esas formas de brillantes tonos.

Para escuchar: no es raro caminar por la plaza grande (Plaza Don Vasco) y encontrar algún grupo tocando Pirekuas (música típica purépecha) o mejor aún, acompañando a la tradicional Danza de los Viejitos. También es común escuchar las risas de los niños jugando o el cuchicheo de los lugareños en algunas de las plazas, disfrutando su ciudad. Y si se aleja un poco, el silencio acompañado con el suave murmullo del agua a las orillas del lago le transmitirá una calma sin igual.

Para degustar: la gastronomía de la región es incomparable. Se conserva aún la tradición purépecha en alimentos como los uchepos y las corundas, la sopa tarasca, el caldo michi, las chapatas, los charalitos fritos cubiertos con salsa de botella y limón; para tomar, una buena charanda y como postre una tradicional nieve de pasta.

Para mirar: el paseo por Pátzcuaro lo llevará al pasado a través de esas calles empedradas y empinadas, llenas de gente y artesanías. Las iglesias de estilo barroco y neoclásico le dan el toque distintivo a las amplias plazas, y a las casas de adobe y teja.

¡Y qué decir del colorido de las artesanías y los manteles y mantas! Y si es afortunado, podría ser testigo del espectáculo de los lugareños pescando con las típicas redes "mariposas" en el lago… todo un espectáculo a la vista.

Un viaje a este rincón michoacano definitivamente lo dejará con un buen sabor de boca y con ganas de repetirse un gran segundo plato.