Zona Arqueológica de Palenque
Por: Travel by México
Zona Arqueológica de Palenque
Por: Travel by México
En medio de la selva, la Zona Arqueológica de Palenque se desarolló como una de las ciudades más notables del periodo Clásico maya, sede de una poderosa dinastía que dominó las montañas del norte de Chiapas y las llanuras del Estado de Tabasco, territorio que algunos investigadores han considerado como el Reino de Lakambá.
Reconocido por su innovador estilo artístico y por la alta calidad de sus obras arquitectónicas y escultóricas, el sitio de Palenque alcanzó su esplendor entre los años 600 y 900 de nuestra era. Fueron los dorados tiempos de Pakal y sus sucesores Kam Balam II, Kam Hoy Chitam II, Ahkal Mo T’san-Nab III y K’uk’ Balam II.
El recorrido de la Zona Arqueológica de Palenque debe comenzar en el Museo de Sitio que muestra una colección integrada por objetos hallados durante diferentes temporadas de exploración, entre los que se cuentan tableros tallados en piedra, estucos y glifos. Frente al museo parte un sendero que sube a la montaña y atraviesa un paisaje selvático adornado por el arroyo Otolum y sus cascadas. Grupos de edificaciones como Los Murciélagos se asientan sobre este camino que desemboca en la Gran Plaza. Ahí se encuentran el Juego de Pelota, el Grupo del Norte y el Templo del Conde. Sobresale el magno conjunto conocido como El Palacio. Su complejidad arquitectónica, su refinamiento estético y sus dimensiones majestuosas indican que es posible que haya servido como residencia principal de los gobernantes.
Otro ejemplo de majestuosidad que domina la Gran Plaza es el Templo de las Inscripciones. Este edificio recibe su nombre a causa de los tableros glíficos tallados en caliza que se hallan en su interior. Se trata de un auténtico mausoleo mandado a levantar por el Rey Pakal para que le sirviera de tumba. A su famosa cripta se accede por una escalera escondida hasta 1952, año en que la tumba fue descubierta por Ruz Lhuillier, un arqueólogo francés nacionalizado mexicano. La cámara funeraria presenta un monumental sarcófago cubierto con una lápida, ambos decorados con bajorrelieves al igual que los muros de la cripta. La escena de la lápida presenta al gobernante maya K’inich Janaab Pakal, al momento de iniciar su viaje al inframundo, entre el monstruo de la Tierra y la cruz que simboliza el árbol cósmico sobre el que se posa el pájaro celeste. Para asegurar su estado de conservación luego de cinco décadas de visita masiva, las autoridades del INAH decidieron en 2004, cerrar su acceso al público.
Ahora puede ser visitada de manera virtual a través de una página Internet del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) el cual acondicionó una de sus salas en donde se exhiben las réplicas exactas de la cámara funeraria y de la lápida http://www.culturainah.org/panorama360/palenque
Junto al Templo de Las Inscripciones se levanta una plataforma sobre la cual se erigieron los edificios XII y XIII, este último es llamado también el Templo de la Reina Roja. El arroyo Otolum, cubierto en parte por la construcción denominada El Acueducto, separa a la plaza central del Conjunto de la Cruz el cual está formado por el Templo del Sol (el mejor conservado de la zona), el Templo de la Cruz, el Templo de la Cruz Foliada (donde se aprecia un tablero con el motivo de la cruz foliada representando a la planta de maíz como eje del mundo), y el Templo XIV. A orillas del Otolum, dentro de la selva se localizan los restos del Templo Bello Relieve, Selva adentro también se encuentran los Templos XIX y XX.
Se Recomienda: Durante la visita de este sitio arqueológico, es aconsejable vestir ropa cómoda, como unos pantalones de mezclilla y tenis. Las pirámides están muy empinadas y su acceso requiere de una buena condición física.
Material Fotográfico: proporcionado por La Secretaría de Turismo del Estado de Chiapas para la promoción de la entidad.