El rostro del gobernante fue cubierto con una máscara elaborada con placas de jadeíta y cuyos ojos muestran aplicaciones de concha y obsidiana.
La jadeíta tenía una significación profunda para los antiguos mayas: representaba los líquidos vitales, como el agua y la sangre, y la regeneración del mundo vegetal.
La Máscara de Jade del Rey Pakal II hacía parte del ajuar funerario de la Tumba del Rey descubierta el 15 de junio de 1953 por el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier en la cripta del Templo de las Inscripciones.
La máscara original del Rey Pakal II se encuentra en el Museo de Antropología e Historia de la ciudad de México.