El 15 de Junio de 1952, en el Templo de las Inscripciones, el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier encontró una escalinata oculta que partía desde el templo superior y descendía hasta una cripta funeraria. En la cripta funeraria se encontró con un sarcófago monolítico que estaba cerrado por una extraordinaria lápida esculpida. En el interior yacía la osamenta de Pakal II, acompañada de unas 900 piezas de jadeíta, concha, perla y obsidiana que formaron el ajuar funerario: collares, pectorales, muñequeras, brazaletes, una diadema y una máscara, entre otros objetos que hoy se encuentran en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México.
La cripta estaba decorada con nueve personajes de estuco, cada uno con un yelmo, un escudo con el rostro del dios K’inich Ahaw Pakal (G III o Sol Jaguar del Inframundo) y un cetro con la imagen del dios K’awiil (G II).
La lápida muestra a Pakal II ataviado y personificado como el dios K’awiil, en el momento de descender al mundo inferior a través del tronco del árbol cósmico, coronado por un ave celeste. Su cuerpo es recibido por las fauces de una serpiente descarnada, llamada Sak Bak Way "Transformación de los Huesos Blancos" que representa la entrada al inframundo.
En 2003, el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia de México) tomó la decisión de cerrar el acceso de la tumba al público, ya que la estabilidad estructural de los relieves de estuco estaba amenazada.
Desde el año de 2007, el Museo de Sitio de Palenque "Alberto Ruz Lhuillier" muestra una reproducción a escala real de la tumba del gobernante Pakal. El sarcófago es de tamaño real, mide 3.0 por 2.10 metros y 1.10 metros de espesor.
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