De clima cálido, entre selva rica en maderas preciosas, a 160 kilómetros de la ciudad de Mérida y 40 de Chichén Itzá, una de las 7 maravillas del mundo moderno, encontramos un destino que bien vale la pena visitar: Valladolid, también conocido como La Sultana del Oriente, en el estado de Yucatán.

Aqui no hay aguas superficiales, pero si abundan las corrientes subterráneas entre los 35 y los 145 metros de profundidad, las cuales han otorgado a Valladolid el privilegio de contar con gran cantidad de cenotes y grutas que constituyen un verdadero regalo de la naturaleza.

Las eras han transcurrido en este suelo conformado por 3 capas de calizas: la primera, de rocas de formas muy particulares y variadas, con entrantes y salientes; la segunda de material calcáreo en forma laminar, como escamas, y la tercera capa de calíferas y calizas que contienen fósiles de conchas y moluscos, inclusiones de dolomita, arcilla y óxido de hierro. Caminar por estos senderos, entre árboles de caoba y cedro, la ceiba, pich, chechén, jabín, chacá, colorado, balché, bojón, pucté, tzalam y ramoncillo, entra tantas otras, nos puede llevar a un viaje para conocer al pasado remoto de la tierra, mostrandonos la riqueza natural de la región y desubriendo el legado de una de las civilzaciones más extraordinarias que hayan existido jamás: los mayas.

Chichén Itzá es tal vez el testimonio más impresionante de aquella cultura milenaria, manteniendo sus edificaciones firmes en una armonía arquitectónica digna de contemplar. Existen registros históricos que relatan sobre procesiones religiosas, todavía hasta el siglo XVI, para rendir culto en su templo a Kukulcán, la deidad maya por excelencia que, según testimonios descritos por Diego de Landa, existió como una persona que llegó por el mar desde el oeste con los itzáes a Chichén Itzá (no se sabe si junto con ellos o en distintas fechas), convirtiéndose en su caudillo y fundador de su civilización.

A su partida, rumbo al altiplano de México, Kukulcán se detuvo en Champotón, donde también se erigió otro templo en su honor a orillas del mar, dejando tras de si uno de los misterios mayas que a la fecha intrigan a los especialistas.

Chichén Itzá es un lugar enigmático que aún guarda entre paredes de roca tallada innumerables secretos de la ciencia maya. Se ha comprobado en muchos casos que los templos y plazas de este sitio arqueológico están en perfecta consonancia con los astros.

El Castillo, por ejemplo, marca a la perfección los equinoccios solsticios de verano. El edificio del Caracol, conocido también como Observatorio, es también significativo dado que permite llevar un registro perfecto de los ciclos de la luna, mediante los cuales estabecían fechas idóneas para siembra y cosecha. Los turistas pueden conocer 17 edificaciones en esta zona arqueológica, muchas de las cuales han sido parcialmente restauradas o reconstruidas siguiendo tanto el estilo como los materiales usados por los antiguos mayas. En la parte central el imponente "Castillo", el templo de Kukulkán, que se distingue además por ser la construcción más alta edificada por los mayas.

En sus 4 lados apreciamos las tan familiares escalinatas, adornadas con balaustradas, siendo vigiladas en la parte norte por 2 enormes cabezas de la mítica serpiente emplumada. La magnificencia de este sitio se enmarca por dos hermosos cenotes, alimentados por el agua de lluvia filtrada a través de la roca durante miles de años. Y aunque Chichen-Itzá brilla hoy como una de las siete maravillas del mundo moderno, siendo además declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1988, existen otros sitios arqueológicos por conocer muy cerca de Valladolid. ¡Una oportunidad que no deben perderse!

Ek-Balam (a 40 km de distancia), cuyo nombre significa jaguar negro, o la estrella del tigre, es otra zona arqueológica muy singular dadas las características de su arquitectura y urbanización. A través de un corto camino, bordeado de árboles de ramón, cocoyol y pochote, llegamos a uno de los pocos accesos que se abren en las dos murallas que circundan esta antigua ciudad maya.

Al traspasar dicha barrera creada por la mano del hombre, se abre ante nuestros ojos una plaza de gran amplitud flanqueada por cerros, con plataformas extensas e impresionantes construcciones abovedadas y un juego de pelota. El tiempo ha hecho valer su paso a través de la erosión de estelas y piedras talladas, aunque aún vemos bandas de glifos y la figura de personajes distinguidos que, durante los días de gloria, ocuparon un trono en esta ciudad maya. A una hora de viaje, los turistas también pueden conocer las zonas arqueológicas de Cobá, una de las más bellas y enormes ruinas mayas, o Tulum, en el estado de Quintana Roo.

Cobá, protegida entre la espesura de la selva. Su nombre significa agua agitada por el viento, fue otro de los centros culturales y sociales mayas gracias a su control de las rutas comerciales de la época.

Floreció entre los años 600 y 900 de nuestra era, y coincide en muchos aspectos de arquitectura o decoración con la gran ciudad de Tikal, en Guatemala.

En los alrededores hay maravillosas e imponentes zonas arqueológicas tales como Chichen Itza (a 25 minutos), nueva maravilla del mundo y sitio que en la actualidad atrae el mayor número de visitantes dentro del país, Ek-Balam (a 15 minutos) a tan solo 40km al norte de Valladolid y las zonas arqueológicas de Coba y Tulúm en Quintana Roo (a 60 minutos), por la carretera federal 307 hacia la Riviera Maya. ¡Y no deben dejar de visitar los cenotes y grutas que se encuentran en los alrededores de Valladolid! Los mas visitados son el cenote Zací, localizado en la propia ciudad, y los cenotes de Dztinup (X’keken y Samulá), X-Canche en la Zona de Ek-Balam o los de Suytun en el parador turístico que lleva el mismo nombre.

Entre las grutas mas visitadas están las Grutas de Balankanche, donde se alza un gran pilar formado por una estalactita y una estalacmita, semejando una gran ceiba (el árbol sagrado de los mayas). Entre las construcciones coloniales mas representativas de este destino encontramos la Catedral de San Servacio en la Plaza Principal, el Museo de San Roque, el Palacio Municipal, la Casa de la Cultura, el Tempo de San Juan de Dios y las iglesias de Santa Lucía y San Juan, el ex convento de San Bernandino de Siena, los barrios de Candelaria y Santa Ana y el Callejón de los Frailes. Una ciudad tan encantadora es sin duda el escenario perfecto para degustar deliciosos platillos típicos de la región.

¡Valladolid nos ofrece un viaje de olores y sabores sin igual! Pavo de monte en sak-mol, panuchos, papadzules, escabeche oriental, longaniza ahumada, sopa de lima y, por supuesto, la famosa cochinita pibil y lomitos de Valladolid, son sólo algunas de las exquisitas recetas que podemos probar en alguno de los muchos restaurantes dispuestos a atender con gran hospitalidad a los visitantes. ¿Y que tal un postre dulce? Aquí podemos probar el manjar blanco, el camote con coco y el dulce de papaya.

También existe también una variedad de frutas exóticas de sabor único, como la pataya, de piel rosa y blanca con semillas negras en su interior, o la anona y el caimito. Sultana del Oriente, tierra maya donde con una copa de Xtabentun, un licor elaborado con la flor del mismo nombre, mezclado con anis y miel de abeja, ¡decimos salud por la hermosa ciudad de Valladolid!