Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
Concluido a principios del siglo XVIII, es un buen ejemplo del barroco poblano, con ornamentación a base de cantería, azulejos, ladrillo y argamasa. Las torres y cúpulas muestran la riqueza de ese estilo. La fachada destaca por los paneles con azulejos, mostrando las cuatro apariciones de la Virgen de Guadalupe, así como otros símbolos marianos.
El interior del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe es sencillo, tansformado al neoclásico, estilo imperante en la segunda mitad del siglo XIX. En la capilla anexa dedicada a la Virgen Dolorosa, se conservan intactas las yeserías que forman grutescos (adornos caprichosos de bichos, sabandijas, quimeras y follajes, llamados así por ser imitación de los que se encontraron en las grutas formadas por las excavaciones de las ruinas romanas) donde sobresalen ángeles y otras formas típicas del barroco exuberante.