El cacao, un tesoro del nuevo mundo

La civilización que descubrió el secreto que vivía dentro del fruto del cacao fue la olmeca, quien  al sur de México cultivó y aprendió a elaborar el “xocolatl”  mezcla de cacao puro, semillas de chile,  harina de maíz y miel de agave.

Siendo los olmecas quienes le han heredado al mundo la delicia que hoy en día cautiva los paladares de los hombres.
La mitología Azteca y Maya cuenta que fue el dios Quetzalcóatl quien robó de los jardines de los dioses la planta del cacao, llevándola como regalo a los hombres enseñándoles a cultivar y a preparar el brebaje de cacao, por la cual el cacao fue considerado como un regalo divino digno de rituales y ofrendas. Los aztecas  le atribuían al “xocolatl” la ayuda en la eliminación del cansancio, considerándosele  también  como fuente de sabiduría espiritual y de energía corporal.

El cacao representaba un alto valor ritual y monetario dentro de las culturas mesoamericanas siendo sus semillas la moneda utilizada por mayas, aztecas.

Fue durante la conquista que Hernán Cortés se deslumbró por la magnitud del culto y la tradición del cacao en tierras aztecas, llevando hasta el viejo mundo uno de los tesoros culinarios del nuevo mundo. Sin saber que con la fusión de las culturas mesoamericanas y europeas se daría vida al tan ovacionado “chocolate”.

Actualmente la siembra y producción del cacao se da en Chiapas, Tamaulipas, aunque también se pueden encontrar su siembra en Guerrero, Oaxaca y Veracruz, el tipo de cacao que tiene mayor proyección en los suelos mexicanos es el Guayaquil, seguido por el Calabacillo y por último el Criollo.

Una manera de conocer la historia del cacao en tierras mexicanas es viajar al estado de Tamaulipas la cuna del cacao en México y adentrarse en “La Ruta del Cacao”  conformada por los municipios de Nacajuca, Jalpa de Méndez, Paraíso, Cunduacán y Comalcaco. En el recorrido se encuentran antiguas haciendas cacaoteras que ofrecen a los visitantes una amplia variedad de paisajes coloniales, aromas  y museos, a las afueras de las haciendas  se encuentra la zona arqueológica de Comalcalco construida en el año 700 d.C. considerada como  área  de mercadeo maya.

El cacao, un tesoro del nuevo mundo

La ruta del cacao sorprende a quienes la transitan, con su exquisita gastronomía mezcla la tradición prehispánica y criolla y por si fuera poco el escenario histórico del cacao en conjunción con la cultura culinaria del lugar se ven enmarcadas por la belleza de ríos, lagos y playas vírgenes adornadas por una amplia variedad de flora y fauna.

La diversidad de atracciones culturales que ofrece la ruta del cacao, enmarca la condición mestiza de México mostrando en ella la belleza natural, la tradición  y la riqueza ancestral que mayas, aztecas y olmecas han regalado a la humanidad.

Texto: Karla Lisandra Cisneros Cortés