Cenotes en Mérida: maravillas de la naturaleza por descubrir
Conocida como la Ciudad Blanca, Mérida también es tierra de cenotes.
Mérida es la ciudad de los cenotes, y es que en plena urbanización al norte de la misma, se descubrió un nuevo acuífero cuyas dimensiones lo convierten en el tercero más grande hasta ahora encontrado. El anuncio ocurrió durante los trabajos del VII Simposio 2019 sobre Patrimonio Cultural de Mérida.
Los otros dos cenotes ubicados en la ciudad son el del Aeropuerto Internacional de Mérida, de unos 700 metros, y el cenote de Dzibilchaltún, de unos mil 200 metros, el más grande hasta ahora descubierto.
Este cenote de agua tiene de 28 metros de profundidad y una caverna de unos 400 metros de largo, tiene restos fósiles de mamíferos marinos y osamentas humanas.
Debido al buen estado de conservación, se encontraron diversas especies en el acuífero del cenote. Entre ellas la Dama Blanca Ciega, Typhliasina pearsei, especie endémica en peligro de extinción, langostinos y otros crustáceos.
El pasado 24 de enero, el espeleólogo Erick Sosa Rodríguez informó del hallazgo y reveló que contó con el apoyo de un experto argentino en buceo para explorarlo. Tras sumergirse, hallaron metros adelante una caverna o grieta de unos 400 metros de largo, en la cual había evidencias de cerámica, algunos rastros de fósiles y de restos humanos.
Con respecto a los restos humanos, si bien se necesitan estudiar por los arqueólogos correspondientes, es muy probable que puedan ser mayas, debido a que en el lugar se encontraron fragmentos o piezas de cerámica, así como una modificación en piedra a modo de escalera, lo cual se ha visto en otros depósitos de agua natural similares.
Sosa abundó que en el sitio había ejemplares en peligro de extinción, así como langostinos, camarones, peces y restos de vértebras pertenecientes a un delfín de hace unos 20 millones de años.
Si bien el lugar no es apto para las actividades recreativas y el lugar no estará abierto al público, su descubrimiento es una gran noticia por la conservación natural y por la investigación que pueda hacer el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH).
Finalmente subrayó en que hay gente que aún tiene la idea equivocada de que si poseen un cenote o cueva en su propiedad, el gobierno se los va a quitar, lo que no es así.
“A veces es el mismo dueño quien pide la inspección para ver qué tienen y no descartaría que haya otros sitios con extensión considerable”, señaló.