Al visitar el Bazar del Sábado, la Iglesia de San Jacinto (a un costado del bazar) ofrece una opción para descansar del bullicio y la multitud.

Antes de la conquista, los terrenos hacían parte de la población indígena de Tenanitla, posteriormente se realizó esta curiosa construcción desde 1564 hasta 1614 a cargo de los frailes dominicos.

Cuenta con amplios andadores y hermosos jardines para disfrutar de un momento de paz y tranquilidad. El exterior del edificio así como su interior son una muestra clásica del churriguresco. Dentro, vale la pena observar el retablo que alberga numerosos motivos dedicados al santo patrono, magnífica muestra de esta etapa artística; y fuera, en el jardín, una de las primeras cruces labradas en México en la cual se mezclan elementos cristianos y paganos.