Entre las calles de San Ildefonso y Jesús María se puede llegar a una hermosa plazoleta rodeada por arboles y locales comerciales que ofrecen ropa, antigüedades, dulcerías, jugueterías, artesanías, entre otros. Desde el parque se puede admirar la imponente vista de una cúpula eclesiástica; se trata de La Iglesia de Loreto que está a solo unos pasos de la plaza. Construida entre 1809 y 1816, constituye un ejemplo notable del neoclásico mexicano y se caracteriza por la pureza de líneas y el empleo de elementos clásicos. El diseño se atribuye a Manuel Tolsá. Hay que destacar que en últimos años el subsuelo del lugar ha provocado el hundimiento de una parte del templo, se ha controlado este desperfecto pero es muy normal darse cuenta que la Iglesia luce inclinada y sentir dicha inclinación cuando uno se encuentra en el interior. La belleza del templo vale el sacrificio.