Este magnífico edificio ubicado en el número 63 de la Avenida Madero Poniente, esquina con Benito Juárez y Melchor Ocampo fue construido por órdenes del rey Carlos II de España en 1760 para albergar el seminario Tridentino, el cual fue inaugurado en 1770 por el obispo de Michoacán Pedro Sánchez de Tagle.

Las clases que se impartían eran: castellano, latín, griego, francés, literatura, filosofía, derecho y sagradas escrituras. Aquí estudiaron hombres que destacaron en diversos ámbitos de México, como Mariano Michelena, precursor de la Independencia; Juan José Martínez de Lejarza, botánico y estadista; Agustín de Iturbide; José María Morelos y Pavón, figuras destacadas en la Guerra de Independencia, Melchor Ocampo, figura clave en las Leyes de Reforma de 1857, además de José Sixto Verduzco, Vicente Santa María y los obispos Ángel Mariano Morales y Clemente de Jesús Mungía, entre otros.

Durante la lucha de Independencia, el seminario fue clausurado de 1810 hasta 1819, cuando volvió a funcionar. En 1859 fue expropiado y ocupado como cuartel, esto cuando el general republicano Epitafio Huerta se estableció en la ciudad durante la Guerra de Reforma. En 1863 se le restituyó al clero, pero sólo 4 años más tardes las tropas republicanas tomaron la ciudad y se convirtió en la residencia definitiva del Poder Ejecutivo del estado.

El palacio cuenta con tres fachadas, en la principal se observa el estilo barroco tablerado, típico de la ciudad.

Su interior es elegante y severo, con alta arquería. Cuenta con tres patios, el principal se forma por siete arcos en los dos pisos. En la planta alta de este patio, se admiran murales del artista Alfredo Zalce, en donde se narra la historia de Michoacán desde 10 años de su fundación (1542) hasta 1962, además de poder admirarse una vista inigualable de las torres de la catedral que se encuentra exactamente frente al Palacio.