¿Una nievecita de pasta?
No se puede ir a Pátzcuaro y no detenerse en uno de los portales de la Plaza Don Vasco a degustar de algo dulce, helado, suave… delicioso: una nieve.
Esta dulce tradición comenzó en 1905 cuando un patzcuarense dedicado a la elaboración de helados dio con una receta única. Don Agapito Villegas había probado distintas formas para crear el sabor que buscaba, el sabor que lo convenciera. Se ponía a trabajar bajo la sombra de un árbol en la hermosa plaza Don Vasco (una de las más grandes y bellas de toda América Latina) con hielo, azúcar y demás ingredientes, hasta que lo logró: una mezcla pastosa, de color crema habría de convertirse en uno de los rasgos distintivos de este Pueblo Mágico michoacano.
La Nieve de Pasta comenzó a venderse en charolitas de harina; con cinco centavos alcanzaba para una.
Pero don Agapito y su familia pensaron en grande y comenzaron a elaborar distintos sabores y a expandirse por Michoacán.
Actualmente se elaboran nieves y helados de más de 40 sabores, algunos clásicos como limón o fresa, o extravagantes como elote, tequila o cacahuate.
El negocio sigue siendo atendido por descendientes del inventor de la codiciada receta.
Los precios han subido un poquito, van desde los 7 hasta los 22 pesos el vasito.
No se queden con las ganas, si van a Pátzcuaro, tienen que guardar un huequito para el postre típico: una nieve de pasta (o de lo que sea).