Papel Amate, legado prehispánico de México
Soporte vegetal antaño usado por pueblos precolombinos para la elaboración de códices, ofrendas a sus dioses y trajes ceremoniales; hoy en día, el Papel Amate es un producto artesanal en él que se expresa la creatividad y el legado ancestral de las Culturas Vivas de México.
El Papel Amate es esa joya artesanal parecida a un pergamino rebosante de coloridos motivos como el sol, la luna, el calendario azteca, aves, flores, y escenas y personajes de la vida comunitaria, en la cual se puede contemplar la belleza de la corteza interna del árbol que le diera existencia. Aunque el Papel Amate se puede adquirir en casi todos los mercados artesanales de México, aquellos que conocen la ciudad de Oaxaca bien saben que esa artesanía es indisociable de su folclor y muy apreciada del turismo, tanto nacional como extranjero.
La palabra amate se deriva del vocablo náhuatl “amatl” y se refiere tanto al árbol de Ficus –o higuera– como al papel elaborado con su corteza. El precio de una pieza de papel amate va desde los $50 a los $400 pesos dependiendo de su tamaño. No obstante, piezas de mayor elaboración han formado parte de exposiciones en museos, universidades y galerías de arte, alcanzando precios mayores a los $5000 pesos.
Papel Amate en Pahuatlán, Pueblo Mágico:
La aparición del Papel Amate se remonta a la época prehispánica –algunas fuentes mencionan su uso en el Período Preclásico– cuando era utilizado como ofrenda a los dioses y como parte de los trajes ceremoniales. El Papel Amate era también usado para la elaboración de códices, trajes ceremoniales y calendarios agrícolas y religiosos.
Actualmente, la producción de papel amate como artesanía y fomento al turismo se da en la comunidad otomí de San Pablito, localidad del municipio de Pahuatlán -uno de los Pueblos Mágicos de México- ubicado en la Sierra Norte del Estado de Puebla. Esta tradición surgió a principios de los años 60 gracias a la colaboración entre dos pueblos indígenas: los otomís de la Sierra Norte de Puebla, a cargo de la elaboración del papel, y los nahuas de las orillas del Río Balsas en el estado de Guerrero, quienes idearon adornarlo con diseños que originalmente pintaban sobre piezas de cerámica.
Durante la colonia, los españoles prohibieron el uso y elaboración del Papel Amate ya que consideraban que formaba parte de un ritual religioso para los indígenas. A pesar de esta prohibición, los otomíes de la comunidad de San Pablito en la Sierra Norte del estado de Puebla continuaron elaborándolo para usarlo en rituales agrícolas y de curación.
Elaboración del Papel Amate:
“Para la elaboración de papel amate los artesanos hierven la corteza, separan las fibras y las colocan en forma de cuadrículas sobre una tabla de madera, donde las golpean con una piedra volcánica. El unos de este tipo de piedras se remonta a la época prehispánica” (“La riqueza de los bosques mexicanos: más allá de la Madera. Experiencias de comunidades rurales”, Primera Edición, México. Semarnat, Cecadesu, Comisión Nacional Forestal, Procymaf II, Cifor, 2005. Página No. 33 autor Citlalli López).
Originalmente la elaboración del amate provenía de los árboles de la familia de los Ficus, actualmente y debido a su lento crecimiento y a la dificultad de su distribución, los artesanos otomíes han tenido que buscar otra especie que sirva como alternativa al Ficus y han encontrado en los árboles de Jonote “Trema Micrantha” una buena fuente de cortezas, ya que son abundantes en la Sierra de Puebla por su utilización como sombra para plantaciones de café de la región.
La recolección de la corteza del los árboles de Jonote – a los 8 años aprox.- se ha convertido en una actividad económica relevante para la población agrícola de la Sierra del Norte, por lo cual la producción de las plantaciones de café sin estos árboles de sombra presume un peligro tanto para los recolectores de la corteza como para los productores de café bajo sombra.
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