Lacandones: Los Verdaderos Hombres

El término Lacandón designa a uno de los grupos étnicos más pequeños de México y de Mesoamérica. Los Lacandones habitan en la porción noreste del estado de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, conocida como la Selva Lacandona. Esta concentración selvática que en 1971 fue declarada “Parque Nacional” es la más grande de México y la segunda de América.

A la llegada, en 1523,  de los conquistadores españoles a tierras Chiapanecas, asentamientos mayas como Palenque, Yaxchilán, Bonampak y algunos otros habían sido abandonados por el grupo sacerdotal y la región permanecía poblada por habitantes de pequeños parajes que, al dejar de generar plusvalía, retornaron a una vida más simple en pequeños territorios.

En el momento de su primer encuentro con los españoles (1530), los lacandones originales habitaban un territorio reducido al sur de la selva lacandona, teniendo como centro la Laguna de Lacam-Tun, hoy Laguna de Miramar. A finales del siglo XVI, esta ciudad lacustre fue destruida por una expedición militar proveniente de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Pero la selva todavía tenía mucho espacio para propiciar refugio a todos aquellos quienes decidieron escapar del control colonial.

Paulatinamente, los otros grupos étnicos que se veían perseguidos por los evangelizadores fueron congregándose en un pequeña isla situada en el río Lacantún. Estos nuevos pobladores pertenecían a varias tribus, por lo tanto en lugar de conformar comunidades se distribuyeron a lo largo de la selva en núcleos socioparentales.

Durante más de siglo y medio, este lugar situado en los confines de la selva fue el reducto de quienes se negaron a la catequización y a la inserción a la vida colonial, luchando siempre por su independencia ideológica y cultural.

Finalmente en 1695, al ser invadida por tropas españolas venidas simultáneamente de Chiapas y Guatemala, se vieron conquistados por las creencias y costumbres europeas.

Intentos de evangelización

En ese entonces, fueron muchos, y vanos, los intentos por parte del clero por evangelizarlos pero mientras lo intentaban, los lacandones fueron víctimas de masivos contagios de gripe, fiebre amarilla y rubeola por lo que su número total para el año 1712 fue de 380 de los 700 que fueron congregados en un principio. Los religiosos se llevaron consigo a algunos nativos, sin embargo las penalidades del camino, la desavenencia de costumbres y el clima obligaron a éstos a permitir el retiro de los indígenas a sus lugares de origen. En los siguientes 20 años el grupo lacandón no era más que un puñado de indios apátridas y desarraigados sin ningún lugar propio ni identidad alguna. Fue en ese entonces que se creyó era el final de los indígenas rebeldes por lo que los misioneros regresaron a territorios menos inhóspitos dejando en el olvido el afán de cristianizar a los Lacandones.

Para la segunda mitad del siglo XIX los lacandones consiguieron un poco de paz e independencia al proclamarse la separación de México de la corona española; después de 300 años dejaron al fin de ser un objetivo de persecución.

No obstante, entre los años 1950 y hasta 1970, misioneros protestantes norteamericanos iniciaron su labor de conversión y hoy en día, casi todos los lacandones convertidos han emigrado a Lacanha Chan Sayab. La influencia del protestantismo ha originado la desaparición de muchas prácticas rituales entre los conversos.

Los Lacandones

Los Lacandones pertenecen a dos subgrupos conocidos respectivamente como los del norte (en las comunidades de Métzabok y Nahá) y los del sur (comunidad de Lacanhá dentro de la Selva Lacandona); se considera que los primeros son originarios de la península de Yucatán, mientras que los segundos, del Petén guatemalteco. Hoy en día, el representante moral del grupo étnico Lacandón es Carmelo Chambor Yuk.

Según el lingüista norteamericano Robert D. Bruce, los Lacandones eran los descendientes directos de los habitantes de Palenque y los últimos sustentadores de los conocimientos alcanzados por la civilización maya del periodo clásico.

En el año de 2000, la población total de Lacandones era de 769 individuos (375 mujeres y 394 hombres – Fuente INEGI). Los Lacandones se autodenominan “hach winik“, que significa “verdaderos hombres“. Su lengua es una variante del maya yucateco que ellos denominan “hach t’an”, lo cual puede ser traducido como “lengua verdadera”.

Este grupo sobreviviente de la cultura maya ha aprendido a desenvolverse en el mundo moderno y ha comenzado a utilizar las herramientas que favorecen a sus actividades agrícolas y ganaderas siendo estas las que dan sustento a las familias lacandonas. Asimismo, cazan, recolectan leña y plantas que utilizan para la construcción de casas, instrumentos agrícolas y utensilios de cocina o bien para la alimentación. La producción artesanal de barro, cerámica, textiles y semillas también representa una fuente de ingreso económico, aunque es mínima.