Aceituna, azúcar, almohada… ejemplos de arabismos del idioma español

¿Sabías que más de 4000 palabras en el idioma español o castellano provienen del árabe o bien del árabe hispánico (árabe andalusí).

¿Que tienen en común etimológicamente hablando las palabras aceituna, almohada, Guadalajara, o azul? La respuesta es que son arabismos en español, es decir palabras que provienen del árabe o bien del árabe hispánico (árabe andalusí).

El hecho de que haya tantos arabismos presentes en la lengua española no es sorprendente si tomamos en cuenta que durante siglos los árabes controlaron gran parte de la península ibérica y su idioma influyó profundamente en la lengua española.

Acerca del idioma castellano

Lengua oficial de diecinueve países en América, además de España y Guinea Ecuatorial, el idioma español o castellano es una lengua romance procedente del latín vulgar. Pertenece al grupo ibérico, y es originaria de Castilla, una región histórica de la península ibérica, en la actual España.

El castellano actual es por lo tanto el resultado de la evolución del castellano antiguo y las lenguas mozárabes.

En América es hablado por alrededor del 90 % del total de hablantes de español en el mundo, es decir unos 400 millones de personas.

México es el país con el mayor número de hablantes (casi una cuarta parte del total de hispanohablantes del mundo), aunque no es la única lengua oficial del estado, ya que desde 2003 México reconoció como idiomas también a las lenguas indígenas.

Ejemplos de arabismos en español

Antes de enumerar algunos de los arabismos más comunes en nuestro lenguaje cotidiano, cabe mencionar lo siguiente:

  • En español abundan las palabras de origen árabe relativas a horticultura, jardinería y obras de riego.
  • El artículo al– es el arabismo morfológico que se encuentra en un gran número de sustantivos tomados del árabe (álgebra, algodón, almacén) y que influye en otros de distinta procedencia.
  • Sin embargo, no todas las palabras que inician con al- provienen del árabe.
  • El artículo al— también está presente en muchos otros arabismos, aunque no incluya la ‘l’, como en las palabras azúcar, azafrán, aduana, etc.
  • En morfología, cabe mencionar que viene del árabe el sufijo -í de gentilismos tales como ceutí o israelí.

A: aceite, aceituna, aguacil, albahaca, alcázar, alcalde, alcohol, alfalfa, ajonjolí, alacrán, alfombra, algarabía, álgebra, algodón, almacén, almirante, almohada, alquiler, alquimia, ámbar, azahar, azotea, azúcar, azufre, azucena, azulejo.
B: baño, barrio, bata, bellota, berenjena.
C: cero, cifra, chisme, alcohol.
D: daga, diván.
E: elixir, engarzar, escaque.
F: faquir, farda.
G: gabán, gacela, guitarra.
H: hachis, hazaña, hasta.
I: imam, islam.
J: jabalí, jarabe, jarra, jazmín, jinete, jirafa, jota, joroba.
K: kermes.
L: laúd, lima, limón.
M: marfil, mazmorra, mezquino, mezquita.
N: nácar, noria, naranja, nazarí, nuca.
O: olé, ojalá.
Q: quintal, quilate.
R: rehén, rabal, rubia, rincón.
S: sáhara, saharaui, sandía, sorbete, siroco, sudán.
T: tabique, talco, taifa, tarima, taza.
U: ulema.
V: valija, valí, visir.
Y: yemení.
Z: zaguán, zanahoria, zoco, zoquete.