Avistamiento de Ballenas Gris en Los Cabos

Imaginen el espectáculo: miles de ballenas grises llegan desde Alaska hasta la Península de Baja California para tener sus crías. Las cálidas aguas del Pacífico mexicano son elegidas cada año para el círculo de la vida, y el turista puede verlas de cerquita.

Las zonas de la Laguna Ojo de Liebre y la Laguna de San Ignacio fueron declaradas áreas protegidas entre 1972 y 1979. Aquí es donde llegan estas especies en peligro de extinción, de hecho, se dice que hay cerca de 21 mil nada más en todo el mundo.

En la zona de Los Cabos existen operadores turísticos que ofrecen travesías a los Santuarios. Por supuesto que existen ciertas reglas, como seguir todas las indicaciones del personal, no molestar a las ballenas en su comportamiento normal, no alimentarlas y, definitivamente, no tirar basura al agua.

La temporada en que llegan estos gigantes mamíferos negros (que parecen grises por los organismos que se adhieren a sus cuerpos) es de enero a marzo. Las ballenas adultas pueden medir hasta 15 metros de largo y pesar hasta 30 toneladas. Una cría mide aproximadamente cuatro metros y pesan cerca de 750 kilos.

A pesar de su intimidante tamaño, estos animales son pacíficos y están acostumbrados a que las lanchas naveguen cerca de ellos, que siguen felices haciendo su vida normal sin percibir que son observados por decenas de ojos.

Como cada año recorren los mismos kilómetros, las ballenas viejas parecen ya tener una empatía –y hasta amistad- con algunos de los lancheros, por lo que no es raro ver que se pasean tranquilamente cerca de las embarcaciones.

Definitivamente es algo que se tiene que ver en México.

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