AtractivoTemplo de la Purísima ConcepciónReal de Catorce

En el acta de fundación de la Purísima Concepción de Catorce, firmada en 1779, los mineros se comprometían a donar una cantidad semanal en plata, para la construcción de su templo. Hasta 1790, éste fue atendido por franciscanos provenientes del convento de Charcas. Ese mismo año, Catorce fue elevado a curato, dependiendo del obispado de Guadalajara, y la parroquia pasó a manos del clero secular. El deterioro y su reducido tamaño, dieron lugar a la construcción de otra parroquia de mayores dimensiones. En 1797, cuando el obispo Cabañas visitó Catorce, ésta última contaba con 7,300 almas; su construcción no había terminado, pero ya existían el techo de madera, ocho retablos y la imagen de la Purísima Concepción, dentro de una vidriera, sobrepuesta al altar mayor pintado en perspectiva. La cúpula se vino abajo en 1800 y se reconstruyó poco después. Hacia 1807, trabajaba en la obra Juan Crouset, ingeniero militar y académico de mérito de la Real Academia de San Carlos. A él se debe la actual fachada neoclásica. La iglesia redecorada se inauguró en 1817. El retablo neogótico dedicado a San Francisco data de fines del siglo XIX. En 1905, la baja en el precio de la plata provocó el abandono de Real de Catorce. Durante la Revolución se interrumpió el culto en la iglesia y fue expropiado el curato. En 1939, el padre Albino Enríquez lo rescató y lo restauró. Redecoró el templo y elevó la torre donde fue colocado el reloj que Porfirio Díaz regaló, en su visita de 1895 a la mina de Santa Ana. La fachada de la parroquia ostenta la imagen de la Purísima y elementos de orden dórico. En el interior llaman la atención el piso de tarimas removibles de madera de mezquite y los frescos del bautisterio del siglo XIX. En los cruceros el magnífico altar neoclásico de San José, que conserva su estucado original y la pintura de la Virgen de Guadalupe firmada por José de Alcíber. En la nave el retablo de San Francisco, rematado con la pintura de Nuestra Señora del Refugio, patrona de los mineros. Junto a la sacristía la colección de exvotos donados por peregrinos agradecidos.