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Taxco de Alarcón
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Taxco de Alarcón
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Lugar pintoresco cuya singular fisonomía sorprende; ciudad enclavada en las faldas del cerro del Atachí, custodiada por grandes montañas y atravesada por una serie de cañadas. Es aquí donde se levanta orgullosa una de las catedrales más hermosas que puedan existir, el Templo de Santa Prisca, destacando por su majestuosa belleza a tal punto que se ha convertido en símbolo esencial de este inolvidable destino turístico en el estado de Guerrero: Taxco de Alarcón, mejor conocido como Taxco.

Hay un elemento que distingue esta ciudad desde el siglo XVI hasta nuestros días: la plata, preciado material que permitió el surgimiento de una importante industria minera que, como aquel característico metal, brilló de manera notable en tiempos de la Nueva España.

En 1528 se estableció en el poblado de Tetelcingo un campamento minero que junto con los de Cantarranas y Tenango llegaron a formar el poblado conocido como Real de Minas de Taxco: corría el año de 1570. De aquellos tres campamentos sólo el de Tetelcingo logró transformarse hacia el siglo XVIII en la población que hoy conocemos, surgiendo no sólo como un centro minero notable sino como una ciudad de características arquitectónicas por demás únicas.

Y hablando de su fisonomía, no cabe duda que Taxco debe gran parte de la misma a don José de la Borda, originario de una región situada al borde de los Pirineos, entre Francia y España, que se estableció en Taxco en el siglo XVIII. A él se debe el aspecto panorámico que la ciudad, así como la propia edificación del más preciado de sus símbolos, la Iglesia de Santa Prisca y San Sebastián, monumento cuya grandeza contrasta con la sencillez del caserío de blancos muros y rojas techumbres. Don José de la Borda mandó construir la catedral como una forma de agradecimiento a Dios por la fortuna que logró con la explotación de la plata. Sin embargo durante una crisis económica De la Borda vendió el templo a la Catedral Metropolitana. Este magnífico monumento comenzó a construirse en 1748 y se concluyó el 3 de septiembre de 1758.

Se tiene conocimiento de que el artífice de esta magna obra arquitectónica fue don Cayetano de Zigüenza, según dato que obra en el Archivo General de la Nación. En su interior se observan soberbios retablos churrigueresco dorados y pintados, realizados con impecable sentido estético por don Vicente de Balbás. De igual manera, el templo alberga magníficas obras pictóricas de don Miguel de Cabrera, así como un órgano barroco cuya maquinaria fue elaborada en España.

Otro personaje importante en el desarrollo de este paraje colonial fue William Spratling, quien al llegar en 1931 formó un centro de orfebrería en donde se combinaron la elegancia de sus diseños y el talento de los plateros taxqueños, enalteciendo el arte creador y propagando en consecuencia el nombre de esta ciudad alrededor del mundo.

En Taxco existe una serie de lugares que vale mucho la pena visitar, como:

El Museo Guillermo Spratling, espacio que cuenta con dos salas de exhibición permanente en donde figura una colección de 293 piezas prehispánicas, así como una sala de exposiciones temporales dedicada a mostrar el talento de los artistas locales.

La Casa Humboldt, construcción realizada en la segunda mitad del siglo XIX bajo un estilo barroco, es un inmueble que tras su restauración en 1991 se convirtió en un interesante museo en el que actualmente se exponen piezas de arte sacro virreinal a lo largo de 14 salas. Tras una estadía del barón Alexander Von Humboldt en esta propiedad, mientras realizaba un viaje de Acapulco a México, se le dió a la construcción el nombre con el que también se conoce al actual Museo de Arte Virreinal de Taxco.

El Museo de la Platería, inaugurado durante la celebración de la Feria Nacional de la Plata en 1988, ubicado junto al Patio de las Artesanías. 

La Casa Borda, edificada bajo un estilo barroco justo frente a la plaza principal, morada del prominente minero que levantó la Catedral de la ciudad; la Hacienda del Chorrillo, ubicada entre los ríos La Mulata y el Chorrillo, construída en 1534 por los propios soldado del conquistador Hernán Cortés, siendo en la actualidad el Centro de Estudios para Extranjeros de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En las cercanías de Taxco se encuentra uno de los sitios que evocan una gran cantidad de leyendas y que, por si mismo, representa un extraordinario atractivo que deleita los sentidos: las Grutas de Cacahuamilpa. Su nombre en dialecto náhuatl significa "En la sementera del cacahuate", y en este lugar pueden recorrerse más de 90 salones naturales donde la naturaleza misma ha creado soberbias estalactitas y estalagmitas.

¡Pero eso no es todo! También el visitante no puede perderse de visitar la Zona Arqueológica de Ixcateopan de Cuauhtémoc, a 38 kilómetros de la Ciudad de Taxco. En ese lugar es donde yacen los restos del último Emperador Azteca Cuauhtémoc, además del Museo de Resistencia Indígena, la iglesia de Santa María de la Asunción y la propia zona arqueológica que data de más de 1500 años antes de la llegada de los españoles al continente.

¡Es el maravilloso Taxco de Alarcón! Ciudad cuyo nombre procede del pueblo prehispánico Tlachco, "Lugar del juego de pelota", en donde el clima templado y la frescura de las noches conquista el corazón de los visitantes. Y no cabe duda que si, Taxco brilla como la misma plata; su belleza arquitectónica y semblante colonial, además de su importancia en la producción de tan preciado metal, hacen de esta ciudad un destino turístico inolvidable.